Opel Meriva

A lo largo de la historia las puertas suicidas han tenido numerosas utilidades, los Rolls-Royce las han empleado para facilitar que los ocupantes salieran con comodidad cuando el chófer les abriera la puerta, los ingenieros de Mazda se dieron cuenta de que era la solución ideal para facilitar el acceso a las plazas traseras de un coupé sin que la carrocería tuviera que alargarse para acoger las puertas traseras y manteniendo la elegancia de un deportivo.

Con la que está cayendo hoy en día en torno a General Motors, se presenta como una apuesta que a priori parece bastante arriesgada el nuevo Opel Meriva un pequeño compacto que se caracterizará por ser el primero de su clase en montar las peculiares puertas suicidas.

La idea tenía sentido, sobretodo después de que vieramos algunos prototipos de monovolúmenes y todocaminos que aprovechaban este sistema de apertura de puertas y la ausencia del pilar central para ofrecer una amplitud en el acceso al habitáculo nunca antes vista.

El problema es que en la vida real y por razones de seguridad no se puede prescindir así como así del pilar central y aún falta por ver si el sistema de puertas del Opel Meriva en realidad resulta más cómodo que los sistemas tradicionales de puertas o que las puertas corredizas que sí hemos visto en vehículos similares.

Según la marca, este sistema de puertas denominado Flex Door supondrá una ventaja debido a que permite un ángulo de apertura de hasta 84º, cuando habitualmente las puertas traseras suelen abrirse en torno a los 70º. Otro motivo que alega Opel es que en un automóvil familiar como este, al salir del vehículo el conductor no habrá una puerta que le separe de sus hijos cuando estos salgan por las puertas traseras, de forma que no podrán salir corriendo y que les pille un coche.